Los recientes incendios forestales pueden y deben abordarse desde la inmediatez de la catástrofe, es en ese sentido que se hace necesario dar soluciones con rapidez. No entraré a discutir si fueron las adecuadas, si se actuó con diligencia y si los medios fueron los necesarios, este no es mi tema y gentes con competencia dictaminarán sobre lo ocurrido. Pero sí conocemos el alcance provisional de esta lucha sin cuartel contra el fuego: cerca de 50.000 hectáreas de tierras quemadas y un fallecido en las tareas de extinción. Así que habrá que concluir que el resultado es malo, lo cual debería hacer que las autoridades se replantearan su forma de prevenir y luchar contra los incendios.

 Si vamos más allá en el tiempo, a medio y largo plazo el tema de los incendios gana en complejidad, y esto es algo que resulta difícil de entender desde los despachos de de las autoridades valencianas, cuyos ocupantes tienen una visión del mundo rural unidireccional, simplona y folklórica en el peor sentido del término.

 Para empezar a describir lo complejo de los incendios enumeraré seis colectivos que intervienen en el drama: primero, la población rural abandonada a su suerte, con rentas por debajo de la media del país, envejecida, con escasos servicios de salud y enseñanza, y condenada a una desaparición lenta pero imparable;segundo, los agricultores y ganaderos vencidos y menospreciados, abrazados a la tierra que sólo abandonarán con su muerte, cuyos campos, antaño llenos de vigor y belleza, están ahora yermos y sin vida; tercero, los propietarios de los bosques, abrumados por la escasa rentabilidad de sus propiedades, sobre los que cual maldición bíblica se cierne la amenaza constante de un incendio, propietarios cansados de pedir soluciones que contemplan año tras año como van desapareciendo las ayudas oficiales; cuarto, los empresarios de la hostelería que comprueban como el patrimonio rural se destruye arrasando de este modo lo que constituye el principal atractivo para sus clientes...¿quién desea visitar una comarca con sus bosques quemados?; quinto, los responsables de la prevención y lucha contra incendios que ven sobre el terreno como disminuyen sus dotaciones, que son ninguneados en su trabajo, y que al final deben jugarse la vida por un triste salario; sexto, la Administración que no tiene ninguna política definida en la materia que nos ocupa, y que únicamente se acuerda del fuego cuando quema.

FACTORES POLÍTICOS

El presidente del Gobierno Valenciano, el impresentable Alberto Fabra aprobó en 2011 el cambio de ley forestal en la comunidad, la anterior ley contemplaba que no se podía construir en terreno quemado pasados 30 años, a la nueva que lo que haría sería quitar esa restricción y poder construir cuando lo crean pertinente la propia comunidad o como dicen ellos "cuando haya un proyecto con carácter singular" a lo que yo le llamo: Proyecto de dame un porcentaje de lo que construyas buen amigo mío constructor.

El Gobierno Valenciano ha abierto su "proyecto" del Corredor de tren Mediterráneo, quemando los bosques y especulando a la posible construcción masiva en torno a la conexión de AVE, que daría un valor añadido de gran importancia a las construcciones tanto empresariales como de viviendas particulares con una revalorización de un 600% de lo que esos terrenos valen en la actualidad.

Los gobiernos nos estafan, destrozan nuestro país tanto físicamente como económicamente... ¿Ellos queman nuestros bosques y nosotros no podemos quemar su congreso, Banco de España, Bolsa y Ministerios? Demasiado bueno somos.

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¡Que paseis un buen fin de semana blogueros!


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